viernes, 16 de marzo de 2018

El Guggenheim salda su deuda con Esther Ferrer_Paz Álvarez



El Museo Guggenheim de Bilbao ha saldado una deuda que tenía pendiente con Esther Ferrer, una de las pioneras de la performance en España, disciplina que ella define como el arte que combina el tiempo y el espacio con la presencia de público que participa en la acción, y que si lo desea su papel no se limita al de mero espectador. Porque las obras de esta artista donostiarra, de 80 años, son penetrables, se pueden atravesar y disfrutar desde distintas perspectivas. Y, según advierte la propia Ferrer, también son efímeras. Porque el próximo 10 de junio cuando finalice la muestra Espacios entrelazados, presentada hoy, las 11 instalaciones expuestas desaparecerán para siempre. El único rastro que quedará será el de los dibujos y las maquetas, y el recuerdo que permanecerá en la memoria del público que haya disfrutado de la experiencia de vivir sus obras.
Se trata de un mensaje que desea que permanezca y con el que convive: “En el mundo hay demasiadas cosas y me gusta lo efímero, que la única huella que quede sea la de la memoria”, explicó Ferrer, durante la presentación, acompañada por el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, y de la comisaria de la muestra, Petra Joos. Ambos insistieron en la deuda pendiente con la artista, que en 1999, dos años más tarde de la inauguración del museo bilbaíno, representó a España con Manolo Valdés en la Bienal de Venecia, y el carácter único de esta exposición, en la que se exhiben nueve obras inéditas. “No queríamos que fuera una retrospectiva, aunque hay un recorrido desde los años 70 hasta hoy”.
Imagen de Esther Ferrer.
Imagen de Esther Ferrer.
Desde sus comienzos, Ferrer desarrolla una gran diversidad de formas y de materiales, en busca de un trabajo que ante todo persigue la libertad del espectador, por lo que procura no ofrecer conclusiones sino preguntas para que, sin interferencias y de manera autónoma, genere su propia interpretación. Emplea siempre elementos cotidianos, siguiendo la tendencia de los años 60 de introducir objetos corrientes en el arte, con un gran protagonismo de la silla, uno de sus objetos fetiche, como se puede comprobar en dos de sus obras. “Me gusta mucho estar sentada, es algo que diferencia al ser humano, y lo que me sorprende es que se siguen inventando nuevos modelos. Además, la puedo vehicular con otros temas”. Se refiere a una exposición que montó con 115 sillas, una por cada mujer asesinada por violencia de género en 2015. Siempre utiliza materiales que se puedan reciclar, o lo que es lo mismo, que puedan ser devueltos a su origen una vez finalizada la performance. En la Instalación con elementos eléctricos, en la que dibuja un paisaje del País Vasco, a base de cables de acero, discos de aislamiento de cristal o material de desecho eléctrico.
Una parada especial se merece Las risas del mundo, concebía en 1999 y adaptada mediante tabletas a los tiempos actuales, en las que se reproducen las carcajadas de ciudadanos de distintas partes del mundo. Todo aquel que lo desee podrá grabar su propia risa.
La trayectoria de Esther Ferrer se enmarca a partir de 1967 con el grupo Zaj, con Walter Marchetti, Ramon Barce y Juan Hidalgo, haciendo del arte de acción su principal medio de expresión. En los setenta, retomó el trabajo de obras plásticas a través de fotografías intervenidas, instalaciones, cuadros y dibujos, basado en números primos, objetos o piezas sonoras.

jueves, 15 de marzo de 2018

Un «brusco» cambio de tiempo podría traer de nuevo la nieve a Bizkaia


Unas jóvenes juegan en la nieve en la Plaza Moyúa el pasado 28 de febrero./Luis Ángel Gómez
Unas jóvenes juegan en la nieve en la Plaza Moyúa el pasado 28 de febrero. / LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Tras quince días de buen tiempo, este fin de semana se producirá una drástica bajada de las temperaturas con posibilidad de nevadas a nivel del mar a partir del domingo por la noche

Solange Vázquez
SOLANGE VÁZQUEZ
Todavía tenemos frescas las estampas de Bizkaia nevada y no hemos borrado aún de la memoria del móvil las fotos que inmortalizaron ese 28 de febrero que amaneció blanco y radiante... y bastante caótico debido a la enorme capa que lo cubrió todo. Aquel espectacular episodio -la peor nevada registrada en el territorio en 30 años- fue una especie de broche del invierno por todo lo alto. O eso creíamos. Porque cuando ya nadie esperaba volver a ver un copo en muchos meses... una drástica caída de las temperaturas prevista para este fin de semana podría hacer que regrese la nieve, según apunta Margarita Martín, delegada en Euskadi de Aemet, la Agencia Española de Meteorología. Hoy, con un ambiente soleado y unas temperaturas de 17 grados, cuesta creerlo... «Habrá un empeoramiento brusco», indica. El cambio de tiempo, que se iniciará el viernes y será ya evidente el sábado, desembocará en frío intenso y cotas de nieve a alturas muy bajas a partir del domingo por la noche y durante todo el lunes, día en que podrían producirse nevadas a nivel del mar. 
«Y la situación puede prolongarse buena parte de la semana que viene, no va a ser algo fugaz», advierte Martín, quien admite que, aunque «no es muy frecuente que se produzcan estas situaciones meteorológicas» a estas alturas de año, con la primavera -que empieza el martes a las 17.15 horas- ya pidiendo paso, tampoco es un fenómeno insólito. «¡Peor fue el año pasado, que heló sobre el 28 de abril y eso acabó con la viña!», recuerda la delegada de Aemet, quien también recuerda que, sobre todo en Álava, la nieve se ha visto incluso en mayo. ¿Quiere decir con esto que puede que este temporal que se avecina aún no sea el último del invierno? «Nunca se sabe, pero todavía hay margen para más...», desliza.

Masa de aire superfrío

La explicación de estas nieves tardías que se producirán a partir del domingo se encuentra en el cambio de rumbo de unas depresiones que desde hace días han cruzado desde Madeira y Portugal hasta Normandía. Esta situación, acompañada de un fuerte viento del sur, ha tenido como resultado «unos 15 días de primavera», en los que la gente ya empezaba a exiliar la ropa de abrigo a los lugares más recónditos del ropero. «Pero lo que va a ocurrir es que esas depresiones del Atlántico, en lugar de seguir para Normandía, van a cruzar por la península y se irán para el Mediterráneo, lo que generará precipitaciones intensas», señala. En algún momento, estas bajas presiones van a interactuar con una masa de aire superfrío «que viene desde el Mar del Norte, el Báltico y Rusia», explica Martín. Y este encuentro será lo que puede traer nevadas. Aunque las predicciones meteorológicas, sobre todo en esta época del año, son caprichosas -y más con varios días de antelación-, Margarita Martín considera que se produciría «un escenario parecido» al de finales de febrero, que propició la gran nevada. «Los peores días serán el domingo y el lunes», subraya.
Según indican los pronósticos de Aemet, el lunes se esperan nevadas en Bizkaia a nivel de mar y las temperaturas oscilarán entre los tres y los ocho grados. El martes nevará por encima de los 100 metros y los mercurios se moverán entre los cuatro y los siete grados.