sábado, 22 de abril de 2017

Un paseo por la ría de Bilbao: historia de una transformación


Vistas del Casco Viejo de Bilbao.
Vistas del Casco Viejo de Bilbao. TANIA CUBILLO 
El 22 de octubre de 1993 se colocaba la primera piedra de lo que sería el Guggenheim de Bilbao. El espacio elegido para emplazar el icónico museo de arte contemporáneo diseñado por el arquitecto Frank Gehry fue un antiguo muelle de uso portuario e industrial. Como resumiría la cadena EiTB en el parte de noticias de ese día, este era el símbolo de que el pasado industrial le daba “paso al mundo cultural del Bilbao metropolitano.”
Vista del puente de La Salve y el museo Guggenheim desde la margen derecha de la ría.
Vista del puente de La Salve y el museo Guggenheim desde la margen derecha de la ría. TANIA CUBILLO
Esa piedra significaba el principio del fin de un área metropolitana donde las siluetas de los astilleros ya cerrados y las fachadas de unos desconchados Altos Hornos todavía delineaban el paisaje urbanístico. Industrias que desde finales del XIX habían marcado el ritmo de la cultura y memoria colectiva a los dos lados de la ría del Nervión y que durante los noventa se eliminaron para poco a poco dejar paso a las delicias arquitectónicas que conforman el Bilbao de hoy en día. Esta rehabilitación sería aclamada a nivel europeo y mundial si bien conllevó largos años en los que paro, huelga y heroína estuvieron a la orden del día. La ría, arteria aorta depurada, ha sido siempre el primer testigo de la transformación. Propongo dar un paseo por sus meandros para descubrir ciudad e historia de Bilbao.

De “lo viejo” al Guggenheim

Comenzando el recorrido por el Casco Viejo se puede descubrir el núcleo originario de la ciudad, que cuenta con más de 700 años de vida. Por el estilo de los edificios y las calles se adivina que esta fue en una villa pesquera. Su localización estratégica para el comercio europeo pronto la convertirían en un importante foco del tráfico mercantil y portuario. Como dato curioso, y para orgullo de los bilbaínos, hay una insignia situada frente al ahora reformado mercado de abastos que asegura que a ese puerto llegó en torno a 1868 Chocolat, un esclavo cubano que acabaría convirtiéndose en el primer payaso negro que triunfó como estrella de circo de la Belle Époque francesa. Pero probablemente el mayor atractivo de esta zona, además de puntos como la Plaza Nueva, la basílica de Begoña o la catedral, son sus bares y sus “pintxos”.  
Siguiendo por la margen derecha de la ría, junto al Ayuntamiento, pronto se divisa una gran escultura del color del acero de un barco, como los que antes surcaban aquellas aguas. Los locales la llaman “txapela a medio lao” pero en realidad es una reproducción a gran escala de Variante ovoide de la desocupación de la esfera, un análisis del vacío realizado por el famoso escultor vasco Jorge Oteiza. El vacío que existía entre las dos orillas del Nervión prácticamente no existe desde que se añadieron los nuevos puentes de Zubi Zuri (puente blanco), la Salve y la pasarela de Pedro Arrupe. El primero, obra de Calatrava y quebradero de cabeza para más de un bilbaíno por estar construido con unos materiales resbaladizos no aptos para un clima tan húmedo, guía hacia la conocida Puerta de Isozaki ( Isozaki Atea). Esta es un conjunto de siete edificios diseñados por el japonés Arata Isozaki y presididos por dos torres gemelas de 83 metros de altura que conectan la entrada al barrio del primer Ensanche y la ría.
Puente Zubi Zuri y puerta de Isozaki.
Puente Zubi Zuri y puerta de Isozaki. TANIA CUBILLO
Si todavía no se ha pasado al margen izquierdo atraído por la majestuosidad de la puerta Isozaki, y la gran oferta de centros culturales y galerías situados tras ella, el paseo de los puentes continúa hasta llegar al buque insignia de la ciudad: el museo Guggenheim. Obras de artistas como Louise Bourgeois, Eduardo Chillida, Yves Klein o Jeff Koons decoran los alrededores de esta piedra angular en el proyecto de reconversión. Por su interior permanecen y pasan cada año referentes del arte contemporáneo y las vanguardias. Próximamente el museo albergará la exposición temporal París, fin de siglo: Signac, Redon, Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos. Una retrospectiva del arte, agitación y cambios culturales que se produjeron en el Paris de finales del XIX.
Pero la transformación de Bilbao continúa.  Entre las ultimas rehabilitaciones a mencionar está la alhóndiga, antiguo almacén de vinos abandonado durante más de treinta años y que abrió sus puertas en 2010 como centro de ocio y cultura. El edificio, denominado Azkuna Zentroa en honor al alcalde Iñaki Azkuna, busca dinamizar la cultura en la vida cotidiana de la ciudad poniendo al alcance de todos exposiciones, mediateca y cine, entre otros recursos. Este podría considerarse uno de los más claros exponentes del plan de reconversión comenzado hace más de 25 años. Porque no solo se han rehabilitado las fachadas de la ciudad para estar a la vanguardia estilística de los principales destinos europeos, sino que se ha promovido que la ciudadanía evolucione con ella.

De los ochenta al presente: el punk de Eskorbuto y la desindustrialización

El puente colgante de Vizcaya visto desde la margen izquierda de la ría (Portugalete).
El puente colgante de Vizcaya visto desde la margen izquierda de la ría (Portugalete). TANIA CUBILLO
Quizás los tres hitos determinantes para el comienzo de la transformación fueron la limpieza de la ría, el Guggenheim y la construcción del metro de Bilbao que conectó todos los municipios colindantes. Y es que ya solo 27 minutos separan el Casco Viejo de la salida al mar. Allí ría y mar se abrazan ante la mirada del puente colgante de Vizcaya, patrimonio de la Humanidad (declarado por la UNESCO en 2006) y herencia material de lo que una vez fue una sociedad industrial. Pero ¿dónde queda la memoria de los años de la transformación? ¿qué pasó en esa transición? Dicen que todo aquello quedó documentado en la producción musical de los ochenta. En aquella década, mientras en Madrid bullía la movida, en el País Vasco se producía una eclosión de bandas punk y punk-rock sin precedentes con formaciones como Eskorbuto, Cicatriz o Las Vulpes, entre otras. Por lo general, en sus canciones no es que augurasen un futuro muy halagüeño: generación de “Baby boomers” sin perspectivas de trabajo, y con el terrorismo y la heroína de telón de fondo.
Probablemente las letras de Jose María (“Iosu”) Expósito y Juanma Suárez, voces, guitarra y bajo de la banda punk Eskorbuto, fueron de las más atinadas.  Estos dos amigos se criaron en Santurce, una de las localidades de la margen izquierda de la ría que más se vio afectada por la reconversión industrial. Como ocurrió con muchos jóvenes vascos de la época, ante la inexistencia de trabajo montar un grupo fue en un principio una forma de matar el tiempo.  Pero sus temas acabarían siendo dardos hacia una sociedad que, como ellos definieron, se encontraba en estado “esquizofrénico.”
Mural y escultura en homenaje al grupo de música Eskorbuto (Santurce).
Mural y escultura en homenaje al grupo de música Eskorbuto (Santurce). TANIA CUBILLO 
La discografía de Eskorbuto es hoy una radiografía de unos años cargados de pesimismo: “el pasado ha pasado, y por el nada que hacer; el presente es un fracaso y el futuro no se ve”, decían unas de sus letras. La banda dejaría de sonar en 1992 con la prematura muerte de sus líderes por complicaciones de salud. Hoy un mural y una pequeña escultura erigidos recientemente en una callejuela de Mamariga, barrio de Santurci donde nació y vivió Iosu Eskorbuto, rinden homenaje a esta banda. El resto queda en el recuerdo de aquellos que sobrevivieron los excesos de los ochenta.
Menos de un año después de que las voces de Eskorbuto callaran, el lehendakari Jose Antonio Ardanza colocaba junto a Peter Lawson, entonces presidente de la fundación Guggenheim, lo que sería la primera piedra del museo de arte contemporáneo Guggenheim Bilbao.

viernes, 21 de abril de 2017

EVENTOS LITERARIOS Bilbao celebra el Día del Libro con eventos y la poesía de Sarri



Dicen que la letra con fiesta entra. Quizás por ello, la Unión Internacional de Editores propuso en 1995 establecer un Día Mundial del Libro, con el objetivo de fomentar la lectura, y homenajear a tres grandes de la literatura: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, que fallecieron o fueron enterrados el 23 de abril de 1616. 
En más de 100 países del mundo se celebran eventos literarios y festivos y los libros salen a la calle. Como cada año, Bilbao se suma también a la celebración. El alcalde de la capital vizcaina, Juan Mari Aburto, representantes del mundo del libro y autores como Toti Martinez de Lezea, Jon Arretxe, Pedro Ugarte o Inma Roiz visitarán en El Arenal el tradicional recinto, organizado cada año por la Asociación de Libreros y Libreras de Bizkaia, y en el que los bilbainos y bilbainas podrán adquirir libros clásicos y de novedades en los numerosos estands. Según una encuesta del Observatorio Vasco de la Juventud, el 42 por ciento de los vascos lee por placer. 
Por otro lado, el Ayuntamiento ha anunciado que, como es habitual, el área de Cultura contará también con una caseta dentro de la feria del Día Internacional del Libro. En este espacio, se podrán adquirir todas las publicaciones editadas por el área y cada compra se acompañará del tradicional clavel de regalo. 
ANTOLOGÍA POÉTICA La biblioteca bilbaina de Bidebarrieta se sumará también a la celebración. Será el lunes, 24 de abril, cuando se presente al público la primera antología de Joseba Sarrionandia en euskera y castellano, titulada ¿La poesía está muerta? Hilda dago poesia?, que la editorial Pamiela publicó el pasado mes de diciembre. El acto consistirá en la lectura de algunos poemas por parte de Beñat Arginzoniz y José Fernández de la Sota, la música en directo de Inés Osinaga y la proyección de vídeos de Eñaut Elorrieta, Mikel Laboa y Ruper Ordorika. 
La actividad se desarrollará a partir de las siete y media de la tarde en el espacio Bidebarrieta Kulturgunea, con entrada libre. Además, se retransmitirá en streaming a través de la página web www.kulturguneatb.eus. 
¿La poesía está muerta? Hilda dago poesia? es una antología de poemas seleccionados, reordenados y traducidos por su autor, precedidos por un prólogo también de Sarrionandia. “Se trata de la primera y esperada traducción de la poesía de uno de los referentes de la literatura vasca actual”, han destacado desde el Consistorio. 
“Es una primicia para el lector no euskaldun, pero el libro también es novedoso para el público que lee en euskera porque Sarrionandia da a los poemas otra vida en otra lengua”, ha comentado José Ángel Irigaray, responsable de Pamiela. 
En concreto, se compone de 114 poemas, firmados entre 1980 y 1995, “en los que Sarri habla, entre otras cosas, del exilio, el desarraigo, la muerte, las torturas y la cárcel, la cual conoció durante cinco años, hasta su fuga en 1985 de la prisión donostiarra de Martutene junto al también preso de ETA Iñaki Pikabea. 
De los poemas elegidos, hay uno escrito en inglés y tres en portugués, entre ellos su Mensagem ao Bernardo Atxaga, que como él perteneció al grupo literario POTT junto a Jon Juaristi, Joxemari Iturralde y Ruper Ordorika, entre otros. Figuran también 37 poemas a los que han puesto música cantautores como Mikel Laboa, Jabier Muguruza, el propio Ordorika y grupos como Oskorri, Berri Txarrak y Gose, entre otros, y canciones que se habían publicado de forma dispersa en revistas y libros. 
POEMAS Los poemas del primer apartado, Hijos de la madrugada, están tomados de Izuen gordelekuetan barrena (editado en 1981 y reeditado en 2014) y Marinel zaharrak (1987). Los Poemas de la cárcel se han escogido del libro Gar-tzelako poemak (editado en 1992 y reeditado en 2011). 
Los apartados Hnuy illa nyha majah yahoo, El mundo es ancho y ajenoNuestros antepasados y los hijos de los hijos de los hijos...Nudos marinerosMercado negroMonógamos imperfectos, Celdas que no quedaron vacías y Muertos han sido recogidos del libro Hnuy illa nyha majah yahoo (editado en 1995 y reeditado en 2014). En la última sección, Hilos y canciones, se reúnen algunos poemas y letras que se han publicado “dispersos” en revistas y discos. 
El acto será presentado por José Ángel Irigaray, de la editorial Pamiela, y contará con la participación de Beñat Arginzoniz y José Fernández de la Sota, que recitarán algunos poemas de Sarrionandia. Además, se ofrecerá la música en directo de Ines Osinaga, de Gose, y la proyección de vídeos de Eñaut Elorrieta, Mikel Laboa y Ruper Ordorika, y José Julián Bakedano llevará a cabo una semblanza del autor. 
La publicación del libro coincide con la aparición de Sarrionandia en Cuba para dirigir una cátedra del Instituto Etxepare, tras 30 años en paradero desconocido. El escritor se hizo cargo el pasado mes de noviembre de un lectorado del Instituto Etxepare en La Habana, fruto de un convenio de colaboración firmado en 2015 con la Universidad cubana. 
Pese a que en estas décadas se han editado sus ensayos, poemas y novelas, nunca había hecho apariciones públicas, tampoco para recoger el Premio Euskadi de Literatura en Euskera, en la modalidad de ensayo, que se le concedió en 2011, lo que dio lugar a la polémica en algunos sectores. 
Sarrionandia, Sarri, nació en Iurreta en 1958, estudió Filología Vasca y fue profesor de Fonética en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

jueves, 20 de abril de 2017

Seis pianos de cola en la calle para quien quiera tocar en Bilbao




 Mañana viernes Bilbao se convertirá en un escenario al aire libre con seis pianos de cola a disposición de cualquier persona que los quiera tocar. 

Los instrumentos estarán situados en espacios emblemáticos de la capital vizcaína, entre otros junto al Museo Gugenheim-Bilbao. De esta manera, bilbaínos y turistas que se encuentren mañana viernes en la ciudad podrán disfrutar de esta iniciativa, bien sea tocando alguno de los pianos o escuchando las interpretaciones de los músicos profesionales y aficionados que se animen a hacer sonar uno de estos instrumentos. 

Los pianos estarán disponibles entre las 10:00de la mañana  y las 20:00de la tarde.  Además, los mejores momentos se podrán compartir en las redes sociales a través de fotografías, vídeos y mensajes con la etiqueta #PianosEnBilbao.

Para cerrar la jornada, la Orquesta Sinfónica de Bilbao, dirigida por Lorenzo Viotti, interpretará un gran concierto en el Palacio Euskaldauna a las 19:30 horas, en el queparticipará el ganador del 62 Concurso Maria Canals Barcelona, Hiroo Sato, con piezas de Brahms y Mozart. 

La iniciativa‘Tu ciudad se llena de pianos’ tiene como objetivo promover la divulgación y la práctica universal de la música a través de la participación ciudadana. Se trata de una de las actividades más destacadas que organizan conjuntamente la Fundación Jesús Serra y el Concurso Maria Canals para acercar la música a la población de toda la geografía española.

La estrecha colaboración entre la Fundación Jesús Serra y el Concurso Maria Canals ha permitido llevar esta actividad cultural a varias capitales como Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla, Salamanca y Cádiz. Este año, las próximas ediciones de Pianos en la Calle se celebrarán en Toledo y Madrid, el 13 de octubre y el 26 de octubre respectivamente.


Las localizaciones de los 6 pianos en Bilbao


1. Museo Guggenheim Bilbao
2. Cruce Ercilla-Rodríguez Arias
3. AzkunaCentroa (La Alhóndiga)
4. Cruce Diputación-Arbieto
5. Gran Vía, junto a El Corte Inglés
6. Plaza Santiago (Catedral)


Sobre la Fundación Jesús Serra
La Fundación Jesús Serra nace en el seno de Grupo Catalana Occidentecon el objetivo de canalizar los proyectos de patrocinio y mecenazgo que el Grupo ya había ido desarrollando a lo largo de un siglo. Hoy en día, la Fundación, que lleva el nombre del fundador del Grupo, participa en proyectos en ámbitos como la música, la docencia, la investigación, el deporte y la acción social. 
Sobre el Concurso Internacional de Música Maria Canals
El Concurso Internacional de Música Maria Canals, instaurado en el año 1954 y decano de los concursos musicales en España, es una cita anual de referencia en la escena internacional del piano. Maria Canals y su marido RossendLlates fueron los creadores del Concurso, con la colaboración de personas y familias vinculadas a la sociedad civil de Barcelona. 
En el año 1958 el Concurso se convirtió en miembro de la Federación Mundial de Concursos y a día de hoy es el único concurso catalán que forma parte de esta organización. Actualmente, es uno de los certámenes con mayor proyección internacional y prestigio del mundo. Este año se ha celebrado la 63a edición del Concurso, que ha contado con la presencia de 81 jóvenes pianistas procedentes de 30 países. 

lunes, 17 de abril de 2017

Próximo escenario de Juego de tronos. Flysch de Zumaia

El Bilbao de la luz negra





El reputado fotógrafo Carlos Cánovas no olvida la melancolía que se respiraba cuando los operarios apagaron los dos últimos altos hornos de Sestao: «Me acuerdo nítidamente de la sensación que emanaba del acto, todos compartíamos la impresión de que algo se moría y esa misma idea me acompañó durante el periodo en el que me dediqué a retratar el entorno de la ría». Entre 1993 y 1994 el autor navarro llevó a cabo un preciso registro visual de una urbe a punto de mudar de piel e identidad, de perder su pasado industrial y abrazar el futuro como ciudad de servicios.
Este testigo del declive fabril no echa en falta precisamente las numerosas factorías y almacenes que jalonaban las riberas, sino la atmósfera que envolvía su intensa actividad. «Desapareció aquella luz negra de la que tanto se hablaba y que atravesaba los espacios oscuros de Bilbao, el halo que le confería su identidad sórdida y dramática». La transformación, entonces tan sólo diseñada en los despachos institucionales, se iba a llevar mucho más que el perfil industrial del Nervión. «Pensamos que se fue lo físico y visible, pero, en realidad, creo que lo que más pesaba era de tipo anímico, porque lo que estaba en trance de desaparecer era nada menos que la memoria de varias generaciones».

Cuarenta imágenes extraídas de sus expediciones entre Bilbao y El Abra forman parte de su exposición 'En el tiempo', recién inaugurada en el Museo Universidad de Navarra y que podrá visitarse hasta el próximo 1 de octubre. La serie de la ría es fruto de dos encargos consecutivos que le condujeron a elaborar su particular registro de la decadencia industrial. En 'Ría de Hierro', comisariada por Ramón Esparza, compartió escena con autores como John Davies o Gabriele Basilico, mientras que el colectivo 'Bizkaiari Begira' lo unió a Miguel Sánchez Ostiz en una iniciativa que amalgamaba plástica y literatura bajo la dirección de Leopoldo Zugaza. «He revisado aquel material y las piezas son nuevas copias o instantáneas de ambos proyectos que no se llegaron a mostrar», indica. «Me dijeron que el área iba a cambiar y me pedían un testimonio desde la absoluta libertad de elección».

Grúas sobre aguas turbias
'Paisajes sin retorno' es el título del apartado dedicado al eje industrial vasco dentro de la exposición 'En el tiempo'. Aporta la tercera parte de las obras exhibidas en Pamplona y constituye un hito fundamental, tanto dentro de su periplo creativo como de la fotografía documental realizada en nuestro país. La muestra, comisariada por Juana Arlegui, reúne 130 obras de gran formato y más de la mitad son inéditas. El recorrido comprende seis series fieles a un estilo muy personal que, durante cuatro décadas, ha fijado su interés en las periferias porque, según el autor, «desarrollan mejor la personalidad de cada población». Las víctimas propiciatorias del crecimiento cuantitativo y cualitativo también son las que mejor representan a los habitantes del medio urbano. «En el interior de la ciudad nos lavamos la cara y aquí palpita la vida», apunta. En su opinión, estos lugares de transición demandan, a pesar de su precariedad, su propia estética y poética.
Las grúas se inclinan sobre aguas que se antojaban permanentemente turbias y los densos gases ascienden desde chimeneas que ya sólo perviven en el recuerdo de los adultos. «El encargo fue una feliz coincidencia porque tenía la intención de trabajar en Bilbao», confiesa. «Siempre me había atraído su potencia visual». Aunque reconoce la fascinación que experimentaba por los emblemáticos Altos Hornos, contemplados desde una u otra orilla, el fotógrafo señala que el mayor impacto provino de espacios heterogéneos donde podía encontrar callejones, muros de propósito olvidado y naves víctimas del vandalismo junto a empresas que seguían en activo. «Eran mezclas muy especiales».

El cambio de siglo se llevó consigo esas amalgamas y buena parte de la arquitectura industrial. «Me gusta esa franja indeterminada con edificios nacidos sin vocación de continuidad, lugares que recorremos habitualmente sin reconocerlos porque no los miramos», indica. Entonces, cuando elegía uno de esos objetivos aparentemente triviales, situaba enfrente una cámara de grandes dimensiones que precisaba de un trípode. «Se trataba de un proceso muy lento».
El artista no puede imaginar un testimonio plástico de aquel entorno que no fuera en blanco y negro. «Era el color que mejor los definía», defiende. Ahora duda sobre el abordaje visual que demanda la villa renovada y su actual oferta comercial y cultural. «No quiero juzgar cuál de los tiempos fue mejor, bueno, quizás el presente», admite. «Tampoco sé cómo trataría hoy los mismos escenarios. Quizás recurriría al color, pero debería enfrentarme de nuevo a ellos y, sí, creo que dudaría».