viernes, 30 de septiembre de 2016

Francis Bacon: de Picasso a Velázquez


  • Fechas: 30 de septiembre 2016 a 8 de enero 2017
  • Exposición organizada por el Museo Guggenheim Bilbao en colaboración con Grimaldi Forum Monaco
  • Comisario: Martin Harrison
  • Patrocinada por Iberdrola
El Museo Guggenheim Bilbao presenta Francis Bacon: de Picasso a Velázquez, una exposición de cerca de 80 obras que incluye algunas de las pinturas más relevantes y menos exhibidas del artista británico nacido en Irlanda, junto con la obra de maestros clásicos de las culturas francesa y española que tuvieron gran ascendente en su carrera. Retratos, desnudos, paisajes, tauromaquia… la exposición arroja una nueva perspectiva sobre la obra de Bacon destacando la influencias en su arte.

Transgresor con su vida y con su obra, Bacon cruzó algunas fronteras hasta entonces difíciles de vulnerar, situando al ser humano ante un espejo en el que pudiera contemplarse de forma cruda y violenta. En los desnudos de Bacon predominan los personajes aislados y en posturas cotidianas que el pintor transforma retorciendo sus cuerpos de una forma casi animal, reinventando así el retrato.

Francis Bacon era un ferviente francófilo. Ávido consumidor de literatura francesa de autores como Racine, Balzac, Baudelaire y Proust y apasionado del arte de Picasso y Van Gogh, afincados en Francia, y de pintores que les precedieron como Degas, Manet, Gauguin, Seurat y Matisse. Siendo un adolescente, descubrió cerca de Chantilly La Masacre de los inocentes(1628-1629) de Nicolas Poussin y en 1927 tuvo un encuentro revelador con la obra de Picasso, cuando visitó la exposición Cent dessins par Picasso en la galería Paul Rosenberg de París, que de hecho le llevó a la decisión de iniciar su carrera como pintor.

En cuanto a la influencia de la cultura española en Bacon, más allá del primer contacto con la obra del Picasso de los años 20 y 30, tuvo su máxima evidencia en su obsesión por el retrato que Velázquez pintó en 1650 del Papa Inocencio X, en torno al cual llegó a realizar más de cincuenta obras. Además de Velázquez, también le fascinaron otros clásicos de la pintura española como Zurbarán, El Greco o Goya, artista este último al que admiró ampliamente en el Museo del Prado, un museo que pidió visitar en solitario pocos años antes de su muerte, tras ver la muestra retrospectiva organizada en 1990 sobre la obra de Velázquez.

Bacon crea un universo de imágenes nuevo concebido a partir de la literatura, el cine, el arte y su propia vida, a través de un lenguaje absolutamente singular, reflejando con gran crudeza la vulnerabilidad humana.

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