martes, 15 de marzo de 2016

Los versos de Blas de Otero resuenan en Bilbao en el centenario del poeta



Los versos, delicados unos; rotundos otros, comprometidos con el ser humano todos, del poeta bilbaíno Blas de Otero (1916-1979), han vuelto a sonar hoy en las calles de Bilbao al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Esta ha sido la manera en la que amigos, seguidores y autoridades municipales de la villa han rendido tributo a la figura de quien esta considerado el principal exponente de la poesía social de la España de la postguerra civil y a la altura de los mejores autores de la generación del 27.
Durante el homenaje, al que no ha podido asistir por encontrarse enferma su compañera y viuda, la profesora Sabina de la Cruz, custodia y difusora de su obra, se han leído una selección de poemas en los que el autor dejó bien claro su amor y añoranza por Bilbao y su lamento por no haber podido disponer del euskera, la lengua de sus abuelos, prohibido durante el franquismo.
Tampoco ha faltado, no podía faltar, la lectura de su poema más conocido y difundido, el "Pido la paz y la palabra", que supuso su consagración como poeta rebelde con la imposición de las cosas por la fuerza, propio de los regímenes totalitarios.
El acto, celebrado junto al busto erigido en su recuerdo a cincuenta metros de la casa donde nació el 15 de marzo de 1916, ha estado presidido por el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, quien ha cerrado la lectura de poemas del homenajeado, y en el mismo han participado el actor Felipe Loza, el escritor Jose Fernández de la Sota y el emblemático e xportero del Athletic José Ángel Iribar, admirador de su obra.
Fernández de la Sota, discípulo y seguidor del rapsoda bilbaíno, ha leído unas palabras de la ausente viuda de Otero, Sabina de la Cruz, en las que reivindica la figura del autor y su obra poética.
"Blas de Otero fue un hombre de su tiempo -ha destacado Sabina de la Cruz-, que no fue anulado por su tiempo porque rompió todos los cercos y no hubo más límites a su rebeldía que los que le impuso la piedad".
"En tanto que él era poesía -ha destacado la viuda de Otero-, en ella está presente, de manera central, el ser humano".
El alcalde de Bilbao, por su parte, tras calificar a Blas de Otero de gran poeta bilbaíno y uno de los grandes en lengua castellana del siglo XX, ha parafraseado al rapsoda para pedir "al igual que hace un siglo", la "paz y la palabra" porque "nuestro mundo, dominado por la ley del más fuerte, ha cambiado poco".
"Estoy seguro de que si Blas de Otero estuviera hoy entre nosotros ya hubiera puesto su poesía al servicio de la causa de las personas", ha agregado en referencia a los conflictos que siguen asolando el planeta.
"Yo quiero pedir hoy la paz y la palabra -ha precisado el regidor bilbaíno- por esa Europa que se desangra en sus fronteras, por esos refugiados a los que no les permitimos alcanzar la tierra prometida. La pediría porque su dignidad nos lo está demandando y la nuestra nos lo debiera exigir".
Aburto ha recordado también que Otero se sintió euskaldun aunque no dominase el euskera y recordó su entrañable amistad con el también poeta bilbaíno Gabriel Aresti, otro gran exponente de la poesía de postguerra, pero esta en lengua vasca.
Para subrayar esta faceta del creador bilbaíno, Aburto ha leído el poema titulado "Euskara egin dezagun", en el que el homenajeado denuncia la prohibición del franquismo de usar el euskera que cayó sobre Bizkaia y Gipuzkoa, consideradas "provincias traidoras" por el régimen.
"Al nacer, lo primero que hicieron fue cercenarme la lengua; me dieron el cambiazo. Yo provengo del valle de Orozko y del Duranguesado; tenía perfecto derecho a disponer del idioma de mis antepasados, el que oía a mi abuela en los manzanos y cerezos de la huerta", ha leído Aburto.
"Protesto. Yo reclamo una letra impagada y sigo traduciendo del euskera cada vez que hablo, cada vez que escribo. Devolvedme mi herencia", exigía Otero en el poema recordado hoy por el alcalde de Bilbao.

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