viernes, 2 de enero de 2015

El Guggenheim Bilbao superó el millón de visitantes en 2014






Según ha informado hoy la dirección del Museo, el Guggenheim Bilbao ha superado por sexta vez en su historia la barrera del millón de visitantes, y este dato está por encima de las previsiones establecidas para el ejercicio, que se situaban en 930.000 entradas. 
Los extranjeros que visitaron en 2014 el Museo procedían fundamentalmente de Francia (18 %), Gran Bretaña (7 %), Alemania (7 %), Estados Unidos (7 %), Italia (4 %) y Portugal (3 %). 
El nivel de afluencia de personas procedentes del País Vasco aumentó el pasado año un uno por ciento respecto a 2013, hasta alcanzar el 13 por ciento, mientras que el porcentaje de visitantes del resto de España se mantuvo en el 23 %. 
Las exposiciones temporales que mayor número de visitantes recibieron en 2014 fueron las de Yoko Ono "Halk-A-Wind Show. Retrospectiva", que fue vista por 613.754 visitantes, y la de Georges Braque, que atrajo a 397.364 personas. 
Un total de 442.033 personas participaron el pasado año en alguno de los programas educativos que desarrolla el Museo para diferentes colectivos. 
El Museo ha destacado la apertura en 2014 del nuevo espacio educativo diseñado por Frank Gehry, que ocupa dos plantas de la antigua tienda librería y alberga talleres escolares y para familias, así como el programa "Baby art", los cursos de introducción a la arquitectura para niños, los talleres creativos para adultos y las sesiones de formación, charlas y proyecciones audiovisuales. 
En un comunicado difundido hoy, el Museo Guggenheim valora como "muy positivo" el apoyo recibido de las empresas, que supone un "pilar fundamental" en su financiación, y señala que se ha mantenido estable en 2014, con 109 miembros corporativos. 
Respecto al impacto económico del Museo, el total del gasto directo como consecuencia de su actividad en Euskadi ha sido de 336,8 millones de euros y la aportación al PIB ha ascendido a 297 millones, cifras que han generado unos ingresos adicionales para las haciendas públicas vascas de 45,7 millones de euros. 
Según la dirección del Museo, su actividad ha contribuido al mantenimiento de 6.375 empleos, y el Guggenheim Bilbao sigue siendo líder entre las instituciones culturales europeas en su nivel de autofinanciación, que en 2014 se situó en el 64 por ciento

martes, 30 de diciembre de 2014

Agirregoikoa cuestiona las distintas definiciones de cultura




Tras la Bienal de Sao Paulo (Brasil), que le ha restado gran parte de sus energías en 2014, Juan Pérez Agirregoikoa recala una vez más en Bilbao. Hasta el 31 de enero la galería Carreras Mugica muestra dos animaciones suyas que ya se exhibieron en el Museo Reina Sofía de Madrid, hace dos años: The culture lovers y Eraser, dos vídeos que hablan de lo mismo pero desde ángulos distintos, tal y como desvela el artista: “Se trata de reflexionar sobre el concepto de cultura que heredamos, sobre las diferentes formas de manifestarse, sobre su caducidad, sus funciones, las mentiras que hay detrás de eso”. “Para mí -explica el donostiarra- la cultura es una gran putada que nos vamos pasando de padres a hijos. Como transmisión es terrible. Lo asumes o vas contra ello, pero es difícil evitar eso. Tus padres te intentan educar de una forma, luego llegas tú y dices que no, que no quieres eso para tus hijos, y haces otra cosa, y ellos harán otra distinta... Y nos cuesta despegarnos de todo eso que nos han inculcado”, apunta Agirregoikoa.
El artista parte de la experiencia propia, y en la pieza The culture lovers, por ejemplo, trata de desenmascarar “la ilusión antisistema de subculturas juveniles supuestamente alternativas como la de los skaters, en realidad plenamente integradas y mercantilizadas. Creen que están haciendo cultura y lo que hacen es mercado. Yo he sido skater, pero lo que hacíamos nosotros no tenía nada que ver con lo de ahora”. 
Mientras, en Erased relaciona el acto de destrucción de los Budas de Bamiyan por parte de los talibanes, en 2001, con un gesto ya mítico, el realizado por el pintor estadounidense Rauschenberg al borrar, en 1953, un dibujo de De Kooning, supuestamente para convertirlo en otra obra. “Pero fue un acto poético, tal y como reveló él más tarde”, aclara Agirregoikoa. “La gente pensaba que era un gesto contra el expresionismo abstracto, pero era poesía”. 
“Cuando pensé en la destrucción de los budas me acordé de la frase de Marx, todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, porque es falso marxismo: destrozaban lo sólido y profanaban lo sagrado, sí, pero para sustituirlos por otro tipo de creencias o para establecer otro orden cultural. Lo que para unos es cultura para otros es salvajismo”, manifiesta Agirregoikoa.
La obra tiene también detalles burlescos, como una exhibición de artes marciales o la presencia de personajes que parecen salidos de la serie Comando G. El artista matiza sobre este aspecto: “Es verdad que la obra tiene ironía, pero detrás siempre estoy hablando de cosas serias y hasta dramáticas”.
SIN ESTILO
Tras su paso por la Bienal de Brasil, el donostiarra ya piensa en su próximo proyecto. “No quiero repetirme, no quiero tener un estilo. Reflexiono sobre cosas que me preocupan o que me afectan, pero cada proyecto es como un problema solucionado, ya no es mío, es como quitarse un peso de encima. El próximo proyecto que tengo en mente se conformará en torno a la República de Platón, es decir, en cómo gobernar. Los proyectos anteriores ya los he abandonado, incluido este”.
Además de las animaciones de Agirregoikoa, la galería bilbaina expone también una amplia muestra de piezas de Pello Irazu (Andoain, 1963), que podrán visitarse hasta el 20 de enero.