jueves, 29 de diciembre de 2011

Lo importante es seguir quedando:




Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde
ir a cenar todos juntos. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el
restaurante del Café Central, porque las camareras son guapas, llevan
minifalda y escotes generosos.

Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el menú
es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.

Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo
para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de
acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque es un sitio
tranquilo, sin ruidos y tiene salón para no fumadores.

Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo
para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de
acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el
restaurante tiene acceso para minusválidos e incluso hay ascensor.

Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, y todos
coinciden en que es una gran idea porque nunca han cenado allí.


Sí, ríete, pero vete acostumbrando.

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